AMORES
EL PAISAJE CARNAL
Sobre los caminos del infinito, he aquí lo que decía la voz de aguardiente de un formidable borracho:
-¡Tu fuerte complexión, tus huesos, como los asentamientos fundamentales de un amplio paisaje, cadena granítica, soportes inflexibles sobre los cuales se levantan, ondulaciones de las colinas, tus pechos! ¡Tus dulces pechos, senos soleados por los fuegos de tu boca, prados y praderas que bajan, indolentes, hacia las llanuras de trigo de oro, tu vientre! ¡Tierras fértiles, ancho vientre, retumbando por el ruido de las segadoras mecánicas y por el relámpago de las vidas, vastas llanuras donde fulguran las aglomeraciones humanas,-los ríos y las carreteras lo tomaron en su red, como una presa, tu vientre en plena labor, y las caravanas trepan alrededor, ahí se pegan como moscas y absorben esta carroña, ese cementerio de las cosechas! Más allá, en el horizonte, la gran sinuosidad de la mar sanguínea, donde tus pelos se tiñeron de un oro irrisorio, de un oro que todos mis amores quisieron beber y que les envenenó; porque tu frente es obstinada, y me agoté contemplando tus ojos donde gira, visión ebria, rueda de los suplicios, estrella de locura en el cielo de la maldición, de lo cual eres emblema: ¡la Vida!
Abracé todo eso. Tuve para beber el mar, el mar de sangre.
¡Sé maldita porque tu cabellera no es de sol!
Estoy siempre sediento.
BLAISE CENDRARS
(Suiza-1851)
De "Secuencia"
Traducción: Claire Deloupy
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