miércoles, 22 de diciembre de 2010

Poesía más Poesía -33-

AL AZAR DE LOS PÁJAROS

Aprendí muy tarde a querer a los pájaros
y más bien lo lamento
pero ahora todo se ha arreglado
nos hemos entendido
ellos no se ocupan de mí
ni yo me ocupo de ellos
los miro
los dejo hacer
todos los pájaros hacen las cosas lo mejor posible
dan el ejemplo
no el ejemplo como por ejemplo el señor Glacis
que se comportó notablemente valientemente durante la guerra
o el ejemplo del pequeño Paul que era tan pobre y tan hermoso
y de tal modo honesto y que se convirtió más adelante en el
gran Paul tan rico tan viejo tan honorable y tan repulsivo y
tan avaro y tan caritativo y tan piadoso
o por ejemplo esa vieja criada que tuvo una vida y una muerte
ejemplares jamás ni un asomo de discusión con el señor o la
señora respecto al desagradable asunto del sueldo
no
los pájaros dan el ejemplo
el ejemplo como es debido
ejemplo de pájaros
ejemplo de pájaros
ejemplo las plumas las alas el vuelo de los pájaros
ejemplo el nido los viajes y el canto de los pájaros
ejemplo la belleza de los pájaros
ejemplo el corazón de los pájaros
la luz de los pájaros.

JACQUES PRÉVERT
Francia-1900
De “Palabras”

martes, 7 de diciembre de 2010

Poesía más Poesía -32-


III

Un río silencioso bajo el paisaje
es la memoria dicen los que han muerto
Estamos hechos de recuerdos
van repitiendo sus voces debajo de la tierra

Allí donde nadie conoce el tiempo
en su vagabundeo desbordado
sombras hay que se enhebran
sombras que van y vienen
sobre sus pasos
sombras leves
como una muchacha
que se esfuma en un andén


Allí donde las horas dejan de manar
explotan en sus bocas sílabas azules
relámpagos en la memoria
luces que regresan a la luz

(Pero los incrédulos flotan
suspendidos en la levedad de sus cuerpos
sin comprender los recuerdos que salen
desde el interior de sus sueños
y entran con ojos cerrados
a la corriente de los encantamientos
al lugar en que la utopíajustifica todos los entusiasmos
al espacio en que otros sueños cruzan
como jirones azulcielo)

Juan Pablo Ampuero (poeta y narrador)
El poema está tomado de la Antología:
Sobre Sueños y Plumajes
Temuco 2002

Región de la Araucanía
Chile

lunes, 18 de octubre de 2010

Poesía más Poesía -31-

LA MANO QUE FIRMÓ EL PAPEL
DERRIBÓ UNA CIUDAD

La mano que firmó el papel derribó una ciudad;
cinco dedos soberanos tasaron el aliento,
duplicaron el globo de los muertos y dividieron un país;
estos cinco reyes dieron la muerte a un rey.

La mano poderosa lleva a un hombro inclinado,
los nudillos se crispan en la tiza;
una pluma de ganso puso final al crimen
que había puesto fin a la palabra.

La mano que firmó ese pacto engendró fiebre,
y creció el hambre y vino la langosta;
grande es la mano que domina al hombre
tan sólo con un nombre borroneado.

Los cinco reyes cuentan los muertos pero no mitigan
la herida en su costra ni acarician la frente;
una mano rige la piedad como otra rige el cielo;
las manos no tienen lágrimas que derramar.


DYLAN THOMAS
Gran Bretaña-191
De "Veinticinco poemas"

jueves, 16 de septiembre de 2010

Poesía más Poesía -30-


CALMA CHICHA

Esperando que el viento
doble tus ramas

que el nivel de las aguas
llegue a tu arena

esperando que el cielo
forme tu barro

y que a tus pies la tierra
se mueva sola

pueblo
estás quieto

cómo
no sabes

cómo no sabes
todavía

que eres el viento
la marea

que eres la lluvia
el terremoto.


MARIO BENEDETTI
Uruguay-1920

jueves, 12 de agosto de 2010

POESÍA MÁS POESÍA -29-


YO MISMA FUI MI RUTA


Yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese:
un intento de vida;
un juego al escondite con mi ser.
Pero yo estaba hecha de presentes,
y mis pies planos sobre la tierra promisora
no resistían caminar hacia atrás,
y seguían adelante, adelante,
burlando las cenizas para alcanzar el beso
de los senderos nuevos.

A cada paso adelantado en mi ruta hacia el frente
rasgaba mis espaldas el aleteo desesperado
de los troncos viejos.

Pero la rama estaba desprendida para siempre,
y a cada nuevo azote la mirada mía
se separaba más y más y más de los lejanos
horizontes aprendidos:
y mi rostro iba tomando la expresión que le venía de adentro,
la expresión definida que asomaba un sentimiento
de liberación íntima;
un sentimiento que surgía
del equilibrio sostenido entre mi vida
y la verdad del beso de los senderos nuevos.

Ya definido mi rumbo en el presente,
me sentí brote de todos los suelos de la tierra,
de los suelos sin historia,
de los suelos sin porvenir,
del suelo siempre suelo sin orillas
de todos los hombres y de todas las épocas.

Y fui toda en mí como fue en mí la vida...

Yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese:
un intento de vida;
un juego al escondite con mi ser.
Pero yo estaba hecha de presentes;
cuando ya los heraldos me anunciaban
en el regio desfile de los troncos viejos,
se me torció el deseo de seguir a los hombres,
y el homenaje se quedó esperándome.


Julia de Burgos

Publicado en la revista de poesía JULIA Año I número 1 2000
San Juan - Puerto Rico

viernes, 7 de mayo de 2010

POESÍA MÁS POESÍA -28-


LA MANO

Toca mi mano. Apenas es un guante
para el amor y la desesperanza,
apenas en las cosas se afianza,
apenas palpa todo un breve instante.

Toca en mi mano esta sombría tela
para el ansia de asir tanta derrota,
apenas es una tenaza rota,
apenas una rosa que se hiela.

Toca mi mano enjuta de aire triste.
Por las llaves del tiempo aún se desliza
con ademán ansioso de herramienta.

Apenas es ya fragua que resiste
y debajo del guante de ceniza
oculta el hueso su amarilla afrenta.


LEOPOLDO DE LUIS
Del libro “Igual que guantes grises”

jueves, 6 de mayo de 2010

POESÍA MÁS POESÍA -27-


¿Recuerdas aquel cuello, haces memoria?


¿Recuerdas aquel cuello, haces memoria
del privilegio aquel, de aquel aquello
que era, almenadamente blanco y bello,
una almena de nata giratoria?

Recuerdo y no recuerdo aquella historia
de marfil expirado en un cabello,
donde aprendió a ceñir el cisne cuello
y a vocear la nieve transitoria.

Recuerdo y no recuerdo aquel cogollo
de estrangulable hielo femenino
como una lacteada y breve vía.

Y recuerdo aquel beso sin apoyo
que quedó entre mi boca y el camino
de aquel ciello, aquel beso y aquel día.


Miguel Hernández
De "El rayo que no cesa"

domingo, 18 de abril de 2010

POESÍA MÁS POESÍA -26-

BOOZ DORMIDO

Booz se había acostado, rendido de fatiga;
Todo el día había trabajado sus tierras
y luego preparado su lecho en el lugar de siempre;
Booz dormía junto a los celemines llenos de trigo.

Ese anciano poseía campos de trigo y de cebada;
Y, aunque rico, era justo;
No había lodo en el agua de su molino;
Ni infierno en el fuego de su fragua.

Su barba era plateada como arroyo de abril.
Su gavilla no era avara ni tenía odio;

Cuando veía pasar alguna pobre espigadora:
"Dejar caer a propósito espigas" -decía.

Caminaba puro ese hombre, lejos de los senderos desviados,
vestido de cándida probidad y lino blanco;
Y, siempre sus sacos de grano, como fuentes públicas,
del lado de los pobres se derramaban.

Booz era buen amo y fiel pariente;
aunque ahorrador, era generoso;
las mujeres le miraban más que a un joven,
pues el joven es hermoso, pero el anciano es grande.

El anciano que vuelve hacia la fuente primera,
entra en los días eternos y sale de los días cambiantes;
se ve llama en los ojos de los jóvenes,
pero en el ojo del anciano se ve luz.

* * * *

Así pues Booz en la noche, dormía entre los suyos.
Cerca de las hacinas que se hubiesen tomado por ruinas,
los segadores acostados formaban grupos oscuros:
Y esto ocurría en tiempos muy antiguos.

Las tribus de Israel tenían por jefe un juez;
la tierra donde el hombre erraba bajo la tienda, inquieto
por las huellas de los pies del gigante que veía,
estaba mojada aún y blanda del diluvio.

* * * *

Así como dormía Jacob, como dormía Judith,
Booz con los ojos cerrados, yacía bajo la enramada;
entonces, habiéndose entreabierto la puerta del cielo
por encima de su cabeza, fue bajando un sueño.

Y ese sueño era tal que Booz vio un roble
que, salido de su vientre, iba hasta el cielo azul;
una raza trepaba como una larga cadena;
Un rey cantaba abajo, arriba moría un dios.

Y Booz murmuraba con la voz del alma:
"¿Cómo podría ser que eso viniese de mí?
la cifra de mis años ha pasado los ochenta,
y no tengo hijos y ya no tengo mujer.

Hace ya mucho que aquella con quien dormía,
¡Oh Señor! dejó mi lecho por el vuestro;
Y estamos todavía tan mezclados el uno al otro,
ella semi viva, semi muerto yo.

Nacería de mí una raza ¿cómo creerlo?
¿Cómo podría ser que tenga hijos?
Cuando de joven se tienen mañanas triunfantes,
el día sale de la noche como de una victoria;

Pero de viejo, uno tiembla como el árbol en invierno;
viudo estoy, estoy solo, sobre mí cae la noche,
e inclino ¡oh Dios mío! mi alma hacia la tumba,
como un buey sediento inclina su cabeza hacia el agua".

Así hablaba Booz en el sueño y el éxtasis,
volviendo hacia Dios sus ojos anegados por el sueño;
el cedro no siente una rosa en su base,
y él no sentía una mujer a sus pies.

* * * *

Mientras dormía, Ruth, una Moabita,
se había recostado a los pies de Booz, con el seno desnudo,
esperando no se sabe qué rayo desconocido
cuando viniera del despertar la súbita luz.

Booz no sabía que una mujer estaba ahí,
y Ruth no sabía lo que Dios quería de ella.

Un fresco perfume salía de los ramos de asfodelas;
los vientos de la noche flotaban sobre Galgalá.
La sombra era nupcial, augusta y solemne;
allí, tal vez, oscuramente, los ángeles volaban,
a veces, se veía pasar en la noche,
algo azul semejante a un ala.

La respiración de Booz durmiendo
se mezclaba con el ruido sordo de los arroyos sobre el musgo.
Era un mes en que la naturaleza es dulce,
y hay lirios en la cima de las colinas.

Ruth soñaba y Booz dormía; la hierba era negra;
Los cencerros del ganado palpitaban vagamente;
Una inmensa bondad caía del firmamento;
Era la hora tranquila en que los leones van a beber.

Todo reposaba en Ur y en Jerimadet;
Los astros esmaltaban el cielo profundo y sombrío;
El cuarto creciente fino y claro entre esas flores de la sombra
brillaba en Occidente, y Ruth se preguntaba,

inmóvil, entreabriendo los ojos bajo sus velos,
qué dios, qué segador del eterno verano,
había dejado caer negligentemente al irse
esa hoz de oro en los campos de estrellas.


1º de mayo de 1859

VÍCTOR HUGO
(Francia-1802)
De "La leyenda de los siglos"

jueves, 1 de abril de 2010

¿Cultura? ¿A qué le llaman cultura? ¿Quién es el encargado de que la cultura se difunda en los medios de comunicación?

Por qué no diez noticias de cultura
y una de muerte
si la muerte igual nos llega.

Bajo la bandera y comienzo a caminar
del otro lado de la guerra
del otro lado de los muertos
del otro lado de la contaminación atmosférica
y cualquier otro tipo de contaminación.

Sin bandera por la que luchar
no será preciso morir
defendiendo aquello
que no existe.

Arranco de mi pecho
esta nada
y respiro algo de paz.

Cruz González Cardeñosa
1 de abril de 2010

domingo, 28 de marzo de 2010

POEMA A LOS CINCUENTA Y UN AÑOS


Crucé alguna distancia

cumplí algún quehacer

pero me pregunto

¿cuál es la cifra de mi ser?

Compañeros y amigos

tendré que mantener

para cuando la noche

y para las mañanas también.

Los hijos ya crecidos

no me hacen depender

más si no me gano la vida

jamás llegaré a mujer.

Cincuenta y un años

no son dieciséis.

Me quito vestiduras

que me dieron otrora

destino de mujer,

mas si la muerte no llega

habré de encontrar

nuevos seres de mi ser mujer.

Antes de los cien años

me toca renacer,

inventar alguna historia

para llegar a los cien.

Es una mano libre

la que ha de nacer,

libre de padre y madre,

de las violencias del ser.


Cruz González Cardeñosa
20 de marzo de 2010

viernes, 26 de marzo de 2010

Pura ilusión

Serenamente traje hasta tus pies
mi cabeza. Era una cabeza sin mirada
toda esperanza, pura ilusión.

Cruz González Cardeñosa
De "Cortina de humo", 2003

jueves, 18 de marzo de 2010

CÁSCARA DEL OTOÑO

Descubro los olores de un invierno diferente
con tu cuerpo desnudo y mi cuerpo dormido.
Sueño de un ocaso sin medida.

Dispongo mi cuerpo en su ejercicio de letra
y deslizo, serena,
la pulcritud de un día en descomposición.

Enfrentada a un tiempo sin memoria
descubro la noche y sus estragos:

Partículas de muerte,
cáscara del otoño
en mi voz.

Cruz González Cardeñosa
De "La ciudad desnuda", 2007

domingo, 28 de febrero de 2010

QUISE ACARICIAR

Quise acariciar la noche
cuando la noche era el silencio
quebrado de mis manos naciendo.

No supe de ti hasta escribir tu nombre
No pude imaginarte
hasta que construí tu cuerpo sobre la arena.

Eres aquel hombre que me encontró en la carretera
y quiso dibujarme;
aquél que dio vida a un hogar inventado
en mitad de Madrid;
el que escribe el miedo con sangre, arterias, huesos.

Me dejo acariciar por tu voz y el mundo cambia de color.
Tu rostro de aristas es una piel ardiente de besos;
la sequedad de tu boca,
fuente donde beben las alondras.

Poeta de ágiles manos
galopando
esa mujer
inaccesible y bella,
la poesía.

Cruz González Cardeñosa
De "Cortina de humo", 2003

martes, 23 de febrero de 2010

ESCRIBO

Hoy no me dejan jugar con las letras.
Las manos hablan pero no puedo seguirlas.
Ellas mantienen la entereza cuando la arrolladora verdad
surca los espacios disecados, abrocha maleables senderos,
arrastra el miedo de los hombres al amor.

Serpientes oceánicas -dijo el poeta.
Y las serpientes se dieron cita en un poema.

Respiro los rescoldos de una nube pasajera,
cansancio de días, de las horas en que un decir murió.
Me despido desde el fondo de los espejos,
desde lo profundo del mar.

Aprisionada silueta entre los pechos de un decir urbano,
detengo mi palabra ante el vacío y escribo.

"Vertiente oceánica" ¡Es el poeta de nuevo!
aquel poeta cuyos versos abrieron
el horizonte brumoso del destino.

Desciendo hasta los ecos silenciosos donde todo es azul,
incluso este decir de volcanes y nieves,
de noches con sus quehaceres cotidianos.

Cruz González Cardeñosa
De "Letras de fuego", 1998

domingo, 14 de febrero de 2010

VEINTE MÁS UNO...




A Víctor en su 21 cumpleaños

Libros, cuadros, poemas,

películas, obras de teatro,

canciones, años.

Joven, con algo de mundo,

tiempos pasados y

tiempo por venir.

Dejo en tus manos las riendas de tu vida,

en tus labios

palabras para el amor y para las despedidas.

Descubro los velos de la muerte

y le escribo un poema.

Arreglo mis cabellos, mis dientes,

el brillo de mis ojos

cuando el amor me llama

y camino ligera.

El mundo que habito me nombra,

pone sobre mi desnudez un tiempo,

viste de colores los próximos pasos.

Estoy aquí, al otro lado,

donde las letras llevan música

y al dolor se le pone palabras.

Adiós, pequeño niño.

Adiós, madre perfecta.

Nos encontramos en un poema.

Tú, construyendo una vida posible para ti.

Yo, siguiendo mi camino intransitable:

escribiendo algún verso,

pintando algún cuadro,

participando en alguna película,

trabajando para que todo ello sea posible.

El mundo es grande

hay lugar para todos.

Cruz González Cardeñosa
Madrid, 1 de febrero de 2010